
La caminata rápida es uno de los ejercicios más simples y eficaces para la salud prostática. Caminar entre 30 y 45 minutos al día mejora la circulación sanguínea en la región pélvica, reduce la inflamación general del organismo y ayuda a controlar el peso corporal. Estas acciones contribuyen a disminuir los síntomas del agrandamiento benigno de la próstata y a prevenir complicaciones urinarias.
Los ejercicios de Kegel, que fortalecen los músculos del suelo pélvico, son fundamentales para hombres con problemas prostáticos. Estos ejercicios mejoran el control de la vejiga, ayudan a reducir pérdidas de orina y contribuyen a una mejor función sexual. Para realizarlos correctamente, se debe contraer el músculo como si se intentara detener el flujo de orina, mantener por 5 segundos y relajar; repetir 10-15 veces, tres veces al día.
El entrenamiento de resistencia, como levantar pesas moderadas o usar bandas elásticas, ayuda a equilibrar los niveles hormonales y a disminuir la grasa corporal, en especial la acumulada en la zona abdominal. Esta grasa está asociada con un mayor riesgo de inflamación prostática y enfermedades metabólicas que afectan indirectamente a la próstata. Dos a tres sesiones por semana son suficientes para obtener beneficios sin sobrecargar el cuerpo.
El yoga, además de promover la flexibilidad, reduce significativamente el estrés, un factor que puede intensificar los síntomas prostáticos. Algunas posturas como la cobra, el guerrero y la postura del niño favorecen el flujo sanguíneo hacia la pelvis, relajan los músculos profundos y mejoran la función del sistema nervioso autónomo. El yoga también puede complementar otras terapias médicas convencionales.
Montar bicicleta puede ser beneficioso si se toman ciertas precauciones. Usar un sillín ergonómico y ajustar bien la altura evita la presión directa sobre la próstata y el perineo. Cuando se hace de forma segura, el ciclismo mejora la resistencia cardiovascular sin dañar la salud prostática. Es recomendable alternar esta actividad con ejercicios que no impliquen compresión pélvica constante.